En este episodio abro la puerta a una casa donde la infancia fue una pausa, donde ser niña era sinónimo de estorbo, y donde el silencio educaba más que las palabras.

Hablo de los mandatos invisibles que me reclutaron; de cómo aprendí a castigar como me castigaron, a exigir como me exigieron,y a callar lo blando en mí.

Este capítulo no busca señalar culpables, sino mirar con ojos nuevos las cadenas heredadas.

Porque lo que no se nombra se repite. Y yo estoy aquí para romper el eco.

🕯️ Si tú también aprendiste a endurecerte antes de jugar,

quizá este episodio te dé permiso de volver a ser niñ@.

📝 Registro emocional disponible aquí:

https://docs.google.com/document/d/1_Zzq0NUKrI9y3eMH5lDPS_Qw5XzqxSVLRfte-ssQKPw/edit?usp=drivesdk

Porque no basta con escucharlo. También puedes preguntarte cómo te tocó el corazón.