Diversos estudios han demostrado que los altos niveles de clorofila protegen al organismo contra la radiación ultravioleta a la vez que eliminan partículas radioactivas del cuerpo.
El consumo de esta alga puede ayudar en la reducción del porcentaje de grasa corporal y en la perdida de colesterol malo. Mejora la circulación, promueve altos niveles de energía y elimina toxinas. A medida que el cuerpo pierde peso, se liberan toxinas.
Retrasan el proceso de envejecimiento al reducir el estrés oxidativo producido por la contaminación, la dieta o el estrés.
Muchas investigaciones han demostrado que mejoran las actividades de las células NK (natural killer) y por tanto, se puede considerar que fortalece el sistema inmune. Si quieres ayudar un poco más a tu sistema inmune, además, tienes que alimentarte bien y hacer deporte.
La chlorella no es milagrosa, no se puede esperar que cure el cáncer, pero diversos estudios sí muestran que puede ser de ayuda en su lucha por algunos de los puntos anteriormente explicados.
En un estudio en el que los participantes ingirieron 8000 mg de chlorella al día, se redujeron los niveles de colesterol y los de glucosa.
Los pacientes con esta enfermedad reconocieron que la chlorella reduce el dolor asociado con la fibromialgia.
Ayuda a mejorar los niveles de triglicéridos y de LDL (colesterol malo). Esto junto a los antioxidantes provee una protección contra las enfermedades del corazón.
Favorece la producción de la flora digestiva, bacterias y probióticos, lo cual es bueno para el sistema digestivo. Si quieres además mejorarlo a todos los niveles, prueba a incluir más alimentos con fibra en tu día a día.