
En Elche, el Arroz con Costra no es solo un plato, sino un emblema culinario con más de 600 años de historia. Para salvaguardar esta tradición, en 1985 nació la Asociación de Amigos del Arroz con Costra. Su origen fue sencillo: un grupo de ilicitanos empezó a reunirse los miércoles para cocinar y compartir este arroz, respetando al máximo su elaboración medieval.
La asociación reproduce fielmente la receta ancestral, utilizando caldero de barro, fuego de leña y el distintivo utensilio llamado costrera, que permite cuajar el huevo en la parte superior del arroz mediante brasas situadas sobre una estructura metálica. Estos encuentros tienen lugar en un enclave simbólico del camp d’Elx, en el antiguo colegio de la carretera de Dolores, considerado por sus miembros el mejor escenario para perpetuar la tradición.
Cada miércoles, invitan a personalidades de distintos sectores sociales para que participen en la preparación y degustación del arroz en un ambiente de hermandad. Esta práctica les ha otorgado una notable presencia en la vida cultural de Elche. Más de 1200 personas han pasado por su mesa desde su fundación. El acto más multitudinario se celebra el primer miércoles de agosto, con más de cien comensales festeros invitados para marcar el cierre estival y el inicio de las fiestas patronales.
La Asociación ha ido ganando relevancia con el tiempo. Hoy es casi una visita obligada para quienes destacan en ámbitos como la política, el deporte, la ciencia o la empresa. Incluso han recibido a un candidato a dos premios Nobel. Entre los invitados se selecciona a quienes acreditan una trayectoria ejemplar en beneficio de la comunidad. Como muestra de gratitud, cada año conceden su máximo galardón: el título de Costrero de Honor.
Actualmente, la asociación impulsa un proyecto para que el Arroz con Costra sea declarado Bien de Interés Cultural Inmaterial (BIC). Retoman así el expediente iniciado en 2022 ante la Conselleria de Cultura, con la intención de sumar a otros municipios donde este plato es también tradición: Albatera, Cox, Callosa de Segura, Orihuela, Pego o Callosa d’Ensarrià. La propuesta subraya que el reconocimiento debe aplicarse al plato en sí, no al lugar donde se cocina, ya que cada pueblo lo adapta según su herencia, aunque con ingredientes comunes: conejo, pollo, arroz, aceite, embutidos, huevos, azafrán, agua y sal.
El intento anterior, promovido por el Ayuntamiento, fracasó por falta de consenso entre los municipios implicados, especialmente por la negativa de Orihuela, cuyo alcalde apostaba por una denominación de origen de la Vega Baja. Ahora, la Asociación confía en reunir los apoyos necesarios para obtener esta declaración, que supondría un impulso al turismo y a la proyección cultural de la receta.
El método tradicional de elaboración incluye embutidos (longaniza, blanco, butifarrón), conejo, garbanzos, tomate, azafrán y huevo. Se fríen por separado los ingredientes, se mezclan con el tomate y los garbanzos, y se hierve todo en el perol de barro con agua, azafrán y sal. Luego se incorpora el arroz y, finalmente, el huevo batido, que se cuaja en la superficie con ayuda de la costrera. El resultado: una capa dorada que corona este símbolo gastronómico.
La Asociación de Amigos del Arroz con Costra no es solo un grupo de comensales: es una institución comprometida con la conservación y difusión de un patrimonio culinario singular que une historia, identidad y sabor.