
"¡Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres!" A pesar de las amenazas, Pedro y Juan continúan su obra de milagros, llenando Jerusalén con la doctrina de un Salvador resucitado. La furia de los saduceos y fariseos culmina en el arresto de los apóstoles , pero un Ángel del Señor abre las puertas de la cárcel. Revive el segundo juicio, donde los acusados se convierten en acusadores , y la sorprendente intervención de Gamaliel, que frena la violencia del Sanedrín. Un testimonio de fe inquebrantable que convierte la persecución en gloria.