
La historia de Judá aparece en el libro de Génesis, luego de la venta de José como esclavo a unos madianitas quienes vendieron a José a Potifar, es como una especie de pausa en la historia de José y las Escrituras se centran ahora en Judá, otro hijo de Jacob. Este capítulo es uno de los más explícitos en la Biblia en cuanto a sexualidad se refiere, y es también uno de los pasajes más extraños desde el punto de vista moral. Introduciéndonos al texto podemos observar cómo Judá deja a sus hermanos, a su tribu, a su familia y se va de su tierra y su parentela con su amigo Hira. Debemos notar que Judá no deja a su familia por mandato de Dios, como fue el caso de Abraham, sino más bien por influencia de este gentil, y se arrimó a los cananeos, cosa que Dios había prohibido a su pueblo, prueba de esto es el acto de Abraham al buscar esposa para Isaac anhelando una mujer de su familia, de su tribu para su hijo, y no una cananea.