
Un estudio del MIT revela una realidad sorprendente: el 90% de los trabajadores ya utiliza herramientas de IA como ChatGPT en su día a día, sin el conocimiento de sus jefes. Mientras las empresas invierten millones en proyectos piloto que no despegan, sus empleados lideran una adopción silenciosa y efectiva. Este artículo analiza por qué este fenómeno, lejos de ser un riesgo, podría ser la clave para que las compañías aprovechen el verdadero potencial de la inteligencia artificial y dejen de malgastar sus inversiones.