
Hace un siglo un científico dedujo que existía un universo llenos de duendes microscópicos que interactúan entre sí y con nosotros, todo lo que hacen tiene un efecto positivo o negativo en nuestra salud, humor e incluso comportamiento. Lo más curioso de su teoría es que en realidad, tenía razón. Ah si, y viven en la cola de todas las personas.