
Eran las nueve de la noche de un domingo, 26 de marzo, cuando 150 casas, muchas habitadas, quedaron bajo tierra. Es que en cuestión de segundos, como describe María, un mortal deslave sepultó por completo al barrio de Nuevo Alausí, ubicado en la serranía ecuatoriana, específicamente en la provincia de Chimborazo, en el centro del país.
El desastre natural dejó más de 500 personas afectadas. Entre desaparecidos y cuerpos rescatados, las víctimas llegarían casi a 100.
El equipo de La Caja Negra viajó hasta Alausí para hablar con quienes vivieron en primera línea esta tragedia. Es que las heridas siguen abiertas. Además, la ciudadanía se enfrenta a la incertidumbre de qué pasará en este cantón.