
A veces Dios deja de hablarte con ternura… y comienza a hablarte con fuego.
No porque te odie, sino porque te ama demasiado para dejarte igual.
En Ezequiel 15 y 16, el profeta revela un amor que fue traicionado,
un pueblo que cambió la intimidad por la rutina y el pacto por el orgullo.
Y en 1 Pedro 1, el apóstol nos enseña que las pruebas no destruyen la fe,
sino que la purifican como el oro en el fuego.
🧠 Desde la neurociencia, sabemos que el dolor no solo hiere — también reconfigura la mente.
Y espiritualmente, el fuego de Dios cumple el mismo propósito:
no te quema, te limpia. No te aleja, te transforma.
✨ “El fuego de Dios no viene a destruirte, sino a revelar lo que aún puede brillar.”
🎧 Escucha este episodio y deja que el Espíritu Santo sane lo que el amor no pudo cambiar con palabras.