En 2 Crónicas 25–26, dos reyes —Amasías y Uzías— comienzan bien, pero el orgullo los termina alejando del Dios que los levantó. En Romanos 1, Pablo denuncia cómo el hombre, al glorificarse a sí mismo, cae en oscuridad y confusión. Y Proverbios 26 deja claro que el necio no aprende… porque no reconoce que necesita ayuda.
Este episodio es una alerta espiritual para todo el que va “bien”… pero ha comenzado a soltar su dependencia.
No toda victoria viene de la fuerza… muchas veces viene de la gracia.
Y si olvidas quién te levantó… puedes perderte incluso en medio del éxito.
Aquí no solo leemos la Biblia… dejamos que la Biblia nos lea a nosotros.