
Todavía vive entre nosotros. No ruge, no tiene escamas ni dientes afilados, pero sigue ahí: inmóvil, enorme, anacrónico. Es la casa. Mientras todo a nuestro alrededor se volvió digital, autónomo y programable, la vivienda sigue repitiendo el mismo modelo que hace un siglo. Este episodio es una autopsia sin anestesia: un viaje desde el patio griego hasta Amazon, pasando por el movimiento moderno y su efecto fotocopia. Un manifiesto contra la arquitectura domesticada y una pregunta incómoda para todos: ¿cómo puede ser que sigamos habitando un dinosaurio en plena era de la inteligencia artificial?