
Patrik Schumacher ha firmado el acta de defunción de la arquitectura: no como metáfora, sino como diagnóstico. La disciplina, dice, ha dejado de existir como campo autónomo de teoría, innovación y autoría. En su lugar tenemos edificios sin discurso, bienales llenas de escombros reciclados y escuelas donde la crítica fue sustituida por la autoayuda.
En este episodio recorremos los cadáveres de la disciplina —la Bienal de Venecia, la academia complaciente, la práctica retro y el lenguaje vacío del profspeak— para preguntarnos si la arquitectura aún puede levantarse del ataúd o si ya es un embalaje decorativo en manos de ingenieros, algoritmos y promotores.
Una marcha fúnebre en formato podcast, con ironía, ejemplos reales y un interrogante brutal: ¿queremos ser protagonistas de la ciudad del futuro, o maquilladores del cadáver?