
Cada uno de nuestros centros energéticos o chakras está conectado con glándulas, órganos y tejidos de la zona del cuerpo físico en el que se encuentra y juntos (energía y materia) forman pequeñas mentes que trabajan de forma individual.
Cuando enviamos amor a estos centros de luz, ellos empiezan a activarse y funcionar con mayor coherencia, transmitiéndola también a nuestro cuerpo, que, de forma coherente comienza a regenerarse y sanar.