
En este episodio de Jugando al Juego, reflexiono sobre esos apegos que, sin darnos cuenta, nos atan y nos duelen. Apegos que nacen del miedo, de heridas de la infancia, y que muchas veces disfrazamos de amor.
Hablo del apego ansioso, del evitativo y del seguro, no para que nos etiquetemos, sino para que podamos observarnos con honestidad, descubrir el miedo que se esconde en nuestros vínculos, y empezar a transformar ese dolor en un camino de sanación.
Porque cuando vemos lo que hay detrás del apego, cuando miramos el miedo de frente, podemos empezar a amar con libertad.