
Regresamos a las calles de París, no para admirar su belleza, sino para recordar la historia de dolor de los caballos que allí vivieron. A través de los siglos, estos majestuosos seres enfrentaron adversidades inimaginables, condenados al sufrimiento bajo el yugo del hombre. Las palabras de Louis-Sebastien Mercier y Víctor Hugo resuenan, recordándonos el sacrificio y tormento de estos fieles compañeros. Pero en medio del oscuro pasado, brillan luces de esperanza como el doctor Dumont de Monteux, que desafiaron las costumbres y alzaron la voz por los indefensos.