
A diario nos decimos las cosas que queremos escuchar. Justificamos todo eso que pensamos, lo validamos y lo exponemos.
Y no, no lo hacemos frente al espejo hablando con un reflejo. Creamos conversaciones con gente que nos devuelva aprobación sobre nuestras opiniones, acciones y decisiones a tomar.
Ahora piensa: ¿qué te dices a diario?