
Las mujeres han aprendido a sonreír mientras cargan el mundo.
A cuidar de todos, incluso cuando nadie las cuida a ellas.
Han sido hijas, madres, esposas, trabajadoras, consejeras…
y en medio de tantos roles, muchas han olvidado algo esencial: cuidarse a sí mismas.
La salud mental femenina ha sido históricamente minimizada,
etiquetada como “drama”, “hormonas” o “exageración”.
Pero detrás de ese juicio hay una verdad profunda:
el cuerpo y la mente de la mujer han soportado generaciones de silencio emocional.
Hoy hablaremos de eso:
de las heridas que no se ven,
y de la fuerza que nace cuando una mujer decide sanar.