
Moisés y Aarón llevaron el mensaje claro de Dios: “Deja ir a mi pueblo”. Pero en lugar de libertad, vino mayor sufrimiento. El faraón endureció su corazón, aumentó la carga de trabajo y el pueblo, desilusionado, culpó a Moisés. Incluso él se quebró y preguntó a Dios: “¿Por qué has hecho mal a este pueblo?”Esta escena nos enseña que obedecer a Dios no siempre trae resultados inmediatos. A veces, la fidelidad provoca oposición y pruebas más duras. Pero esto no significa que Dios esté ausente. Él estaba formando el carácter de Moisés y mostrando su poder ante un faraón orgulloso. Es en medio de la dificultad donde la fe madura y aprendemos a confiar en Su fidelidad. 🙌💬 Comenta: ¿Qué haces cuando seguir a Dios parece empeorar las cosas?