Alrededor de la medianoche del 6 de febrero de 2024, la Policía Nacional de Ecuador irrumpió en una lujosa casa beige de dos pisos en una urbanización cerrada a las afueras de Guayaquil, la principal ciudad portuaria del país.
En su interior encontraron a una madre con su hija pequeña, así como varias armas de fuego y municiones. El marido, el empresario albanés Dritan Gjika, no estaba por ninguna parte.
La redada formaba parte de una operación policial mucho mayor. Esa noche, las policías de España y Ecuador detuvieron a 31 presuntos miembros de una red intercontinental de tráfico de cocaína.
Las autoridades acusaron a la organización de traficar toneladas de cocaína colombiana a Europa a través de Ecuador, y relacionaron a los miembros de la red con incautaciones de más de 9,5 toneladas. Tras la operación, las autoridades inmovilizaron bienes equivalentes a más de US$51 millones.
Gjika, el presunto líder del grupo, está acusado de establecer una sofisticada operación de tráfico con la ayuda de influyentes hombres de negocios relacionados con las más altas esferas del gobierno, protegidos por el jefe de la policía de Ecuador.
El innovador traficante albanés que revolucionó el narcotráfico en Ecuador | Escrito por Douwe den Held y Markus Espinoza, y leído por Elisa Roldán.
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