
Siempre he visto a los JRPG como quien ve un queque de chocolate en una mesa, te dan ganas de irte de cabeza y comerlo por completo, sabes que puede ser una muy mala decisión y hasta te puede dar mal de panza, así que me quedo viéndolo sin comerlo pero nunca quitando el ojo de encima por si un día si me animo.