La agresión de un hincha a Daniel Cataño en Ibagué y la invasión de fanáticos en Armenia y Tuluá para agredir jugadores son los más recientes casos de violencia en el fútbol en nuestro país. Sin embargo, esto no es un problema solamente de las denominadas “barras bravas” ¿por qué es tan difícil tolerar al contrario y permitir su ingreso al estadio? ¿qué pasó con el estatuto del hincha que permitiría identificar a los violentos? En Colombia se adelantan varios procesos entre las mismas barras para erradicar la violencia, sin embargo, esto no es suficiente. Los sistemas biométricos y la carnetización de los hinchas que parecían ser una realidad hace unos cuantos años nunca empezaron a aplicarse en los estadios y las sanciones a los violentos parecen ser mínimas. En Impertinente le explicamos.