
La belleza de la naturaleza es un reflejo de la belleza de Dios. Jesús nos pone el ejemplo a la hora de apreciar la belleza de la naturaleza: es a donde va a orar, a enseñar y a alimentar a miles de personas tanto física como espiritualmente.
Soy Adrián y quiero compartirte un par de reflexiones que me voy encontrando en libros sobre espiritualidad católica, todo para ser más como Cristo, nuestro Maestro.