
En este episodio, los pastores Rafael y Adriana abren el corazón y la Escritura para confrontar una de las raíces más profundas del caos familiar: la división financiera dentro del matrimonio. Porque aunque muchos se casan y se acuestan juntos, siguen operando como dos solteros —cada quien con su cuenta, con su pasaje de avión y con sus “asuntos personales”.
La Palabra es clara: “Serán uno solo.” Y eso incluye el dinero, las responsabilidades y las deudas. Aquí no maquillamos la verdad: si valoras más tu cuenta de banco que a tu pareja, tienes las prioridades destruidas. Y si crees que puedes casarte sin confianza ni transparencia, estás construyendo sobre arena.
Este episodio no es para débiles ni para los que quieren un cristianismo cómodo. Es para los que están dispuestos a rendirse al señorío de Jesucristo, hacer ajustes, romper patrones familiares destructivos, y levantar una familia sobre los principios eternos de la Palabra.
📌 Si estás en, matrimonio o crianza —esto te va a sacudir… pero también te va a liberar.