
Nuestra reflexión de fin de año nos debe de llevar a una acción para el 2024. En nuestras reflexiones, debemos identificar las areas peligrosas de nuestros corazones que nos han impedido ser más como Cristo. Un 2024 sin obediencia a Dios representa un gran peligro para los hijos de Dios. Nuestra identidad como hijos de Dios nos debe de llevar a anhelar una obediencia total a Dios al sabernos amados. El sacrificio de Jesucristo fue recibido por el Padre celestial como ofrenda agradable. Nuestro reflejo del carácter de Cristo y nuestra respuesta en obediencia por amor a Dios debería de ser esta aroma agradable que suba como sacrificio vivo en la presencia de Dios. No existe nada mas que le agrade al Padre celestial que ver la imagen de su hijo Jesucristo que ama, sirve y obedece. Anhelemos ser esa Aroma Agradable ante Dios este 2024.