
¿Qué tan rápidos debemos actuar para matar el pecado en nosotros?
¿Qué tanto debemos permitirnos dejar que algo de enojo, celo, envidia o de pereza corra libre en nuestros corazones?
¿Qué tanto debemos permitirnos caminar sin perdonar?
¿Qué tanto debemos actuar sin medir las intenciones de nuestro corazón?
¿Cuál sería una razón para qué nos rendimos con las primeras pruebas o sufrimiento? ¿Por qué cargamos con enojo o falta de perdón?
Las respuestas a estas preguntas están en los capítulos que tendremos por delante.
Miremos la manera que inicia Saúl en esta escena. Él quiere
19:1 matar a David. Saúl ya no trata de disfrazar o encubrir sus malas intenciones hacia David, sino que dio a conocer sus intenciones a aquellos que tenían a David en la más alta estima (16:18; 18:1–4). Recordemos que ya es oficialmente su yerno.
Sus planes para eliminarlo habían fracasado, y por lo tanto lo proclama traidor y encarga a todos los que lo rodean que aprovechen la primera oportunidad para matar a David.
Iglesia Bíblica Petra
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