
Te invito a descubrir y entender que entre los 28 y los 35 años, no eres lo que tienes, eres lo que eres lo que das, porque dando es como permaneces, entregando es como contribuyes. Estás en tu mejor oportunidad para repensarte, para redescubrirte. Repítete una y otra vez estas palabras: "Yo no estoy aquí para satisfacer sus expectativas, Yo estoy aquí para honrar mi propósito".