
Hace casi dos mil años alguien amó tanto a su perrita que escribió su historia en mármol. Margarita —Perla— tuvo un ladrido que no asustaba y un lugar favorito: el regazo. Hoy abrimos esa casa romana, leemos la tableta completa y, con etología clara, hablamos de apego, duelo y familia. Una vida pequeña; una huella enorme.