
¡Hola! Qué gusto saludarte hoy. Quiero hablarte de algo que parece pequeño, pero está destruyendo silenciosamente a muchas personas.
Vivimos en una época en la que las redes sociales muestran vidas y cuerpos “perfectos”. Cada foto tiene filtro, cada sonrisa está ensayada, cada imagen se repite mil veces hasta que “quede bien”.
Y sin darnos cuenta, empezamos a compararnos con una realidad que no es real.
Lo que vemos todos los días en las pantallas termina afectando cómo nos vemos frente al espejo.
Y la pregunta no es si lo notas… la pregunta es cuánto te está costando esa comparación.