La fisura llegó en la semana 20. La inducción, en la 34. Halley nació prematura, con fisura labiopalatina, en un sistema que no estaba preparado para ella. Su madre hizo un "máster" acelerado en protocolos, lactancia diferida, sondas, pérdidas de peso, extracción en salas frías y silencios que dolían más que los informes. También en intuición, apego y resistencia.
En este episodio hablamos de lo que no se dice sobre la inducción con preeclampsia, de lo que no te explican sobre el calostro y de lo que nadie te prepara cuando naces madre en una UCI neonatal.
Una historia real sobre la culpa que aparece sin que nadie la llame. Sobre cómo se aprende a querer esa primera sonrisa con fisura. Y sobre cómo amar tanto puede empujar la leche, aunque no suba.
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