Hay sueños que empiezan mucho antes de un test positivo. Rebeca soñaba con ser madre y lo hizo realidad sola, paso a paso, con decisión y ternura. Todo iba bien… hasta que, en la semana 26, apareció una palabra inesperada: fisura labial. No había acompañamiento, ni explicaciones claras, ni certezas. Pero había algo más fuerte: una madre dispuesta a buscar respuestas cuando nadie las ofrecía.
Rebeca preparó su parto con un objetivo muy concreto: que Olivia mamara. Contra todo pronóstico, Olivia lo hizo desde el primer momento. Hoy, con dos meses y medio, sigue mamando exclusivamente. A pesar de los miedos, de la operación que se acerca, de las dudas sobre cómo seguir… Este episodio es una historia de instinto, información y tribu. De lo que ocurre cuando una madre se forma, se apoya y demuestra que la lactancia con fisura no solo es posible: también puede ser poderosa.
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