
La introducción de la felicidad en las políticas públicas también ha sido asociada con el neoliberalismo. Bajo esta ideología, la felicidad se convierte en una herramienta para justificar el individualismo y la responsabilidad personal. La psicología positiva, con su enfoque en la autosuficiencia y el crecimiento personal, ha sido criticada por contribuir a una cultura de autoexigencia y por descuidar el impacto de factores sociales y económicos en la felicidad.