
Bienvenidas al tercer y último episodio de nuestra primera trilogía. Hoy queremos tocar un tema que consideramos esencial para vivir en bienestar: la comunicación.
Vivimos en un mundo donde la prisa, la multitarea y la desconexión son más que habituales, y en este panorama nos es muy fácil perder la atención en nuestras conversaciones: Interrumpir, opinar precipitadamente o tomar el control de la charla sin dar espacio a una escucha atenta, nos desconecta de la persona con quien estamos hablando. Y esta desconexión hace que nuestras respuestas sean poco acertadas o que se generen malentendidos y conflictos innecesarios.
Para comunicarnos de manera efectiva, es importante practicar lo que se conoce como escucha activa. Una escucha donde no solo oímos las palabras de la otra persona, sino que buscamos conectar realmente con ella para comprender el mensaje completo: sus emociones, necesidades y peticiones. Para lograr esta conexión la presencia plena, es una herramienta fundamental en el proceso de comunicación, ya que estar presentes reduce malentendidos, fomenta la empatía y mejora la calidad de nuestras respuestas, fortaleciendo así nuestras relaciones.
La Escucha Activa: Clave para una comunicación efectiva que crea vínculos saludables
En este episodio, nos centraremos en mejorar la escucha y la comunicación trabajando con el punto energético ubicado en la faringe. Este punto está vinculado a los colores azul cielo, turquesa y aguamarina, estos colores transmiten calma y sinceridad. Cuando este punto energético está bloqueado, podemos experimentar síntomas físicos como dolor de garganta y tensión en el cuello, así como dificultades emocionales, como ansiedad al hablar, bloqueo creativo y problemas en nuestras relaciones. Al armonizar este punto, fortalecemos la capacidad para expresar nuestras ideas y emociones de manera más auténtica.