
Cuando Dios creó al hombre y a la mujer los creó seres racionales, con almas inmortales, dotados de conocimiento, justicia, y verdadera santidad, y con capacidad para tener dominio sobre los animales. —————-Los creó con Su carácter grabado, en sus corazones y con la habilidad innata para obedecerle.
Por «imagen y semejanza» con Dios entendemos que nuestros padres, Adán y Eva, fueron creados perfectos en su ser, en su naturaleza, y en sus conocimientos (Col 3.10), y en justicia y santidad (Ef. 4.24).