
La respiración es una herramienta que nos ayuda a mover la energía, canalizarla y transformarla. Pocas veces nos hacemos conscientes de que está ahí, el detenernos a observarla nos indica el ritmo de nuestra vida y el detenernos a sentirla nos ayuda a volver a nuestro centro. La invitación es a reconocer esta herramienta como una oportunidad para transmutar lo que sucede dentro.