
Vaya carga emocional que conlleva tomar decisiones, algunas nos llenan de alegría y otras de miedo o tristeza, y a esto súmale la incertidumbre de saber si hemos hecho lo mejor para nosotros...
A esto me enfrenté hace unos meses atrás, cuando por primera vez viví la extraña sensación de estar triste y alegre a la vez por varios meses, luego de que estuviera trabajando en mi proyecto de Coaching durante 2 años me tocara tomar la decisión de volver al mundo corporativo.