
La trampa de las ideas promedio. Vivimos en una época donde es más fácil imitar que crear.
La inmediatez, las redes sociales, los rankings de tendencias y los cursos de “cómo tener un restaurante exitoso en 30 días” nos empujan a buscar fórmulas mágicas.
Pero aquí va una verdad incómoda:
las fórmulas no hacen magia si no parten desde tu esencia.