
Entre luna llena y peleas entre profes, los vínculos de los Merodeadores nacen medio torcidos. Lupin se hace el misterioso, Sirius ya es el crush colectivo, Peter flashea útil, y James... está ahí. Se dicen amigos, pero no se entienden, y eso nos alimenta emocionalmente. Lucius Malfoy empieza a amenazar con su pelito rubio, Madam Pomfrey nos da amor maternal, y el nombre del grupo nace con más velocidad que el cariño real. All the Young Dudes todavía no enamora, pero ya nos tiene adentro.