Poder desarrollar un propósito, es decir el por qué de las cosas, y una misión clara (que es lo que hace que agregamos valor), así como una visión o un destino a donde queremos eventualmente llegar parece seguir intrínsecamente relacionado con el funcionamiento de una empresa y sobre todo con su estrategia Ahora bien, no podemos gestionar la empresa con el manual de procedimiento bajo el brazo, necesitamos 3 o 4 reglas simples de pasa no pasa de manera que personas y grupos de personas puedan tomar desiciones todo el tiempo sin congelar el movimiento de la institución. A la hora de innovar por ejemplo, que puede y que no puede hacerse debe ser sencillo de ver y de optar. Esto hace a la estrategia en tanto y en cuanto nuestro accionar sea permanente, cosa que en la mayoría de las empresas que no mueren, suele ser un factor común.