
Con apenas 27 años, se mueve con naturalidad anfibia entre las partituras académicas y los yeites milongueros. Además, lleva adelante un proyecto que funde el tango con el rock. La experiencia de ingresar muy joven a la Filarmónica convive con el estilo de vida del músico popular. Hablando del Colón nos cuenta cómo se descubren los secretos musicales que están más allá de cualquier género.