La gobernadora de Baja California, Marina del Pilar Ávila, volvió a sorprender con sus declaraciones: aseguró que los homicidios van a la baja… aunque a muchos les duela. Según ella, la violencia disminuye, los delitos bajan y el estado va por buen camino. Pero los hechos —y los ciudadanos— cuentan una historia muy distinta. En este episodio, analizo cómo el gobierno de Morena en Baja California ha construido una narrativa basada en cifras maquilladas y discursos vacíos. Mientras las calles siguen tomadas por el crimen organizado, Marina del Pilar prefiere celebrar un supuesto éxito en seguridad que nadie ve ni siente. Mexicali, Tijuana, Ensenada y el resto de la entidad federativa viven una crisis real, aunque las gráficas del gobierno digan otra cosa. Para entenderlo, utilizo tres historias que retratan a la perfección el problema: la del futbolista “La Chofis” López, inflado por la prensa como promesa que nunca fue; la del episodio de La Rosa de Guadalupe del “Y la queso”, símbolo de frivolidad y soberbia; y una anécdota en Las Vegas que demuestra que, en política, la percepción termina siendo realidad. Además, revisamos los datos duros: un reportaje de Animal Político reveló cómo el gobierno de Baja California oculta homicidios, registrándolos como “accidentes balísticos no planeados”. Y según el INEGI, el 80 % de los bajacalifornianos se sienten inseguros en la ciudad donde viven. Si la gente tiene miedo, la seguridad no existe. Este episodio es un retrato de cómo la mentira institucional se convierte en estrategia de poder. Marina del Pilar dice que la violencia va a la baja, pero lo único que va a la baja… es su gobierno.