
Clase de maestría en educación en la UAM, donde algunos estudiantes expusieron autores clásicos como Durkheim, Dewey, Freire y Mialaret. Llamé a estas intervenciones mías "encuadre opresivo", por jugar con la postura radical de Freire que, según su libro Pedagogía del Oprimido, planteaba que un educador o maestro casi casi no debería intervenir ni mucho menos "narrar" los contenidos. Pero tras muchas sesiones de clase, a cargo de lxs estudiantes, caigo en la triste cuenta (como muchos colegas profesores) que sí se necesita intervenir, justo para que los estudiantes capten en dónde están parados histórica, social y políticamente los autores que exponen.