
Ya emigrar es una decisión, difícil, que requiere valentía y quizás tiene que ver con mi camino de individuación. Así como ha sido difícil y doloroso el divorcio, posiblemente hasta para mi quien quise divorciarme. Entonces, ¿Está mal emigrar?, ¿Sería abandonar a mis hijos o buscar mejores opciones para ellos y papa mi?. Es muy importante que el que se va revise el sentido de su “viaje” y no se llene de culpa, y del padre que se queda no sentirse víctima, abandonada, ni transmitir a sus hijos ese dolor. El que se fue posiblemente es muchos más y más valioso, que sólo un padre egoísta que solo pensó en él/ella.