La seguridad alimentaria es un tema delicado pues la salud y estabilidad nutricional de las poblaciones dependen del correcto manejo de la gestión alimentaria en las ciudades, gestión de la cual los administradores de los territorios en sus diferentes niveles son responsables, tanto de la toma de decisión y sobre todo la visión clara de las realidades locales con respecto al tema, sin embargo la pandemia decretada por la aparición del COVID-19 nos ha mostrado las debilidades territoriales desde la producción, logística de alimentos en pequeñas escalas, comercialización y sobre todo en el consumo e información nutricional que los ciudadanos conocemos, adicional y siendo el factor más importante nos ha determinado la gran importancia del campo y su rol en los vínculos con la urbanidad.