¿Alguna vez te has detenido a pensar… qué pasaría si no tuviéramos a alguien que interceda por nosotros ante Dios? ¿Qué sería de nuestra vida espiritual si quedáramos expuestos, solos, delante de un Dios santo, sin nadie que se ponga en medio?

Hoy quiero invitarte a reflexionar conmigo sobre una verdad central de nuestra fe reformada: Jesucristo, el único Mediador entre Dios y los hombres. No es un concepto abstracto ni una idea lejana; es la realidad que sostiene nuestra esperanza, nuestra comunión con Dios, y nuestro destino eterno.