
Todos los involucrados en la educación tienen las mejores intenciones. Nadie se levanta cada mañana diciendo: "oye, ¿qué puedo hacer hoy para arruinar el futuro de nuestros hijos y sacar a nuestros mejores maestros de su profesión? Todos estamos haciendo lo que podemos para ayudar a que los niños tengan éxito. Esa es la buena noticia. Sin embargo, encuentro que muchas personas, especialmente aquellas en posiciones de influencia, se esfuerzan por hacer las cosas mejor, lo cual en la práctica se traduce en hacer cosas obsoletas mejor. Metafóricamente, las escuelas convencionales son carromatos cubiertos que llevan a niños que necesitan moverse rápidamente en el mundo actual. Los líderes que buscan hacer las cosas mejor buscan eficiencias operativas en el modelo existente y adoptan políticas equivalentes a golpear los músculos con más fuerza y medir la velocidad de los carromatos con más frecuencia. En contraste, los líderes que buscan hacer cosas mejores se dan cuenta de que los carromatos cubiertos son obsoletos y buscan alternativas modernas de alta velocidad.