(Ver debajo para español)
Suffering indicates something that is painful. This state of distress has caused people, even within religious communities, to assume the source and cause of this pain.
One of these assumptions is that suffering is a consequence of a person’s behavior. Some think that God has to do with one’s suffering while others think that with one’s bad decisions, suffering comes along, and God allows it because He respects our free will. However, not every time that someone suffers is a cause of the person’s wrongdoings – e.g. an infant in pain, natural disasters.
Other assumption is that God created the suffering because He wants His people to get closer to Him, or because He is saving the person from worse harm in the future.
These assumptions have sometimes been used as an explanation for suffering often in times of anguish, where one can ask themselves, “where is God in this situation?”
It is important to realize that we usually cannot explain the suffering. In suffering, we want to remember and understand that God is always with us, and that He is beyond us in His omnipotence. We strive to humble ourselves and realize that even though we can never know or understand His actions - as Jesus said when washing the disciple's feet, “What I am doing you do not understand now, but you will know after this” (John 13:7) - we do know His nature: God is perfect and God is love. We put our trust in Him because we know He loves us and He never makes a mistake. As Psalm 145:18-19 describes, God “is near to all who call upon Him.” It is in Him where we can find strength and comfort to endure suffering.
ESPAÑOL
El sufrimiento indica algo que es doloroso. Este estado de angustia ha causado que las personas, incluso dentro de las comunidades religiosas, asuman la fuente y la causa de este dolor.
Una de estas suposiciones es que el sufrimiento es una consecuencia del comportamiento de una persona. Algunos piensan que Dios tiene que ver con el sufrimiento de uno, mientras que otros piensan que el sufrimiento es resultado de malas decisiones, y Dios lo permite porque Él respeta nuestra libre voluntad. Sin embargo, no cada vez que alguien sufre es una causa de las equivocaciones de la persona, por ejemplo, cuando un niño experimenta dolor o cuando suceden desastres naturales.
Otra suposición es que Dios creó el sufrimiento porque quiere que Su pueblo se acerque más a Él, o porque está salvando a la persona de un daño peor en el futuro.
Estas suposiciones a veces se han usado como una explicación para el sufrimiento, a menudo en momentos de angustia, donde uno puede preguntarse: «¿Dónde está Dios en esta situación?».
Es importante darse cuenta que generalmente no podemos explicar el sufrimiento. En el sufrimiento, queremos recordar y comprender que Dios está siempre con nosotros, y que Él está más allá de nosotros en Su omnipotencia. Nos esforzamos por humillarnos a nosotros mismos y nos damos cuenta de que, aunque nunca podremos saber ni entender Sus acciones –como Jesús dijo a Su discípulo cuando lavó sus pies: «Lo que yo hago, tú no lo comprendes ahora; mas lo entenderás después» (Juan 13:7)– conocemos Su naturaleza: Dios es perfecto y Dios es amor. Ponemos nuestra confianza en Él porque sabemos que Él nos ama y que nunca comete un error. Como lo describe el Salmos 145:18-19, Dios «Cercano está a todos los que le invocan». Es en Él donde podemos encontrar fortaleza y consuelo para soportar el sufrimiento.