
Suscribete a la Bitacora de Focus.
Un día medido en significado, no en velocidad
La mayoría de nosotros medimos la vida en velocidad: qué tan rápido avanzamos, qué tanto producimos, cuántas cosas alcanzamos a tachar de la lista. Pero hay otra forma de medir un día… en significado.
El tiempo cambia según la forma en que lo observamos. Puede ser como un río, arrastrándonos sin pausa, o como un estanque quieto que refleja lo que realmente existe. Y la diferencia no está en el reloj, sino en nuestra atención y en nuestra intención.
La prisa nos promete avance, pero nos roba profundidad. La lentitud parece debilidad, pero es en ella donde aparecen la claridad y la inteligencia silenciosa.