
Esta vez es diferente.
En el ultimo programa de Fuimos Muy Ingenues estuvimos hablando de como el Gobierno echó mano a su bala de plata para estabilizar una crisis cambiaria y financiera que amenazaba con llevárselo puesto a costa de relegar la conducción de su propio proyecto y de habilitar un nivel de intromisión inédito de Estados Unidos. A cuatro semanas de las elecciones se incrementa la incertidumbre y aumenta lo que se pone en juego.