
Nos reímos de la tía imprudente, la que opina sin filtro y deja a todos incómodos en las reuniones. Pero, ¿y si estamos caminando hacia ese mismo destino sin notarlo? Fuimos criados en un entorno donde muchas cosas incorrectas eran normales, y si no prestamos atención, podríamos ser los próximos en avergonzar a las nuevas generaciones. ¿Segurx que no te estás convirtiendo en lo que tanto criticas?