
¿Por qué será que muchos humanos gustan hablar del infierno? Pero más todavía, ¿por qué será que en el cristianismo abunda en algunos corazones esta idea tan demencial?
Hace muchos años vengo lidiando con este tema, y hoy quiero compartir, algo de lo que sucede en mi sentir de la fe. Trata de no cansarte, no es sencillo; tal vez por eso pido tu atención.
¿A dónde iré para estar lejos de tu espíritu? ¿A dónde escaparé de tu presencia? Si subo al cielo, allí estás tú; si me tiendo en el Abismo, estás presente. Si tomara las alas de la aurora y fuera a habitar en los confines del mar, también allí me llevaría tu mano y me sostendría tu derecha. Si dijera: "¡Que me cubran las tinieblas y la luz sea como la noche a mi alrededor!", las tinieblas no serían oscuras para ti y la noche será clara como el día.
(Salmo 139,7-12)
Dios es grande, muy grande